Vivo Rock estuvo ahí
Ayer Vivo Rock estuvo en el concierto que ofreció Ramoncín en el Teatro de las Esquinas, en Zaragoza, de la mano de Antípodas Producciones, que barajó una apuesta arriesgada cuyas espectativas quedaron satisfechas con un público adulto que demostró su cariño y fidelidad al cantante.
En esta su vuelta a los escenarios, Ramoncín no defraudó. Arrancó el concierto con su Telecaster negra colgada interpretando «Putney Bridge». A partir de ese momento cayó una batería de clásicos de su repertorio, entre las que no faltaron «Canciones Desnudas», «Hormigón, Mujeres y Alcohol», «La Cita», «La Chica De La Puerta 16», «Como Un Susurro», «Al Límite» o «Rock And Roll Dudúa». Hasta dos horas y cuarto de Música ininterrumpida en los que el artista mostró su cercanía al público, siendo éste correspondido.
Pero no todo fueron clásicos. Llegó el momento de presentar temas nuevos. Te das cuenta de que son nuevos porque el público, que no paró de cantar y corear todas las canciones, esos, precisamente esos, no se los sabían. Me incluyo en el paquete. Todos desplegamos nuestras pantallas auditivas (otrora llamadas orejas) para degustar cada uno de los acordes de dos temas que Ramoncín interpretó de nuevo con la Telecaster colgada en bandolera. Me gustaron estos temas (los cuales tengo que reconocer que no sé cómo se titulan) porque tenían esencia de banda de Hard Rock con tintes progresivos. Temas largos, currados, y sobretodo muy eléctricos. Por cierto, la banda, implecable. Batería, bajo, 2 guitarristas (3 cuando aparecía la diabólica Telecaster), teclista/trompetista y violinista/teclista.
El único punto negativo que hizo desmerecer a la banda y al propio Ramoncín fue el sonido, en ocasiones turbio a causa de una bola de graves que aparecía y desaparecía ocultando la voz del cantante,cuyas palabras se hacían en ocasiones ininteligibles. (Como cantaba Miguel Ríos en «El Blues Del Autobús»: «Siento que el equipo aquél nunca suena igual, ¿qué misterio habrá?»)
Una vez terminó el concierto, Ramoncín y la banda se pasaron por el Tapeo Rock, donde tuvimos ocasión de departir con él, que no tuvo reparos en atender a todos y cada uno de los que allí estábamos. Mi enhorabuena para Eliseo y Ana y a todo el equipo del Tapeo, que tuvieron el bar petadísimo y ni un momento de respiro en toda la noche.